Un vínculo entre una madre y sus hijos es indescriptible. En esta historia tan emotiva, una hija pierde a su madre y una madre pierde a su hija.
Durante un momento tan desgarrador, muchas personas como esta joven y su abuela buscan opciones disponibles para mantener a sus seres queridos cerca.
Baru Rose vive en la República Checa y nos contó la historia de su querida madre y cómo llegaron a hacer un precioso jardín conmemorativo que florece todo el año para ella.
«La conversación» sobre la muerte que todos deberíamos tener
Hace unos años, en 2014, mi madre luchaba contra el cáncer de mama y ella, mi abuela y yo estábamos de excursión en un parque nacional en Šumava (República Checa). Hacía un día espectacular y estábamos caminando por un bosque cuando mi madre se puso a hablar de los árboles y de lo mal que los tratamos. En ese momento, había un virus que atacaba árboles que se apoderó de los bosques y muchos tuvieron que ser talados.
Mi abuela dijo: «Cuando llegue el momento, no quiero estar en un cementerio, quiero ser libre. Tomad mis cenizas y esparcirlas en algún lugar cerca de mi castillo favorito o en la naturaleza». Ya veís, mi abuela es amante de los castillos!
En esa caminata, empezaron a hablar las dos sobre este tema, pero yo sentí que no estaba lista para tener esta conversación. No quise escuchar que un día ya no estarán las personas que amo. Ahora, me doy cuenta de lo importante que es hablar sobre ese tema porque un día, las personas que amamos se convertirán en recuerdos, y un día tendremos que decidir qué hacer con sus restos. Hacer que su deseo se haga realidad. No sabía entonces que estaría creando un precioso jardín conmemorativo para mi madre poco tiempo después de esa conversación por el bosque.
Ahora escribo estas palabras con lágrimas en los ojos pensando en mi querida madre que me está cuidando desde el cielo. Mi madre fue la mejor madre que pude tener. Compartimos momentos tan especiales, nos reímos como niños pequeños, tuvimos una amistad como las mejores de las amigas y nos amamos como almas gemelas. Ella era una parte de mí que extraño todos los días.
Ella ganó y el cáncer perdió en el año 2014, pero volvió y peor. En marzo de 2017, le diagnosticaron cáncer de hígado, huesos y ganglios linfáticos. En ese momento yo estaba trabajando como au pair en Boston en Estados Unidos. Estaba cuidando a los niños un día en marzo, cuando sentí un sentimiento tan extraño. Me puse en contacto con todos los miembros de mi familia enseguida para preguntar si todo estaba bien y me aseguraron que no había pasado nada malo. Pues no fue verdad. Todos lo sabían entonces, yo era el único que no tenía ni idea de lo que realmente estaba pasando.
Volver a casa
Volví a casa el 2 de agosto y mi familia y mi madre me recibieron. Ella estaba guapísima. No la había visto en 7 meses. Había perdido peso, su cabello era más largo, estaba radiante y tan feliz que estaba de vuelta en casa. Pero supe al momento que algo no estaba bien. Ese día me dijo que el cáncer había vuelto, pero que todo estaba bien y que los tratamientos estaban funcionando. Explicó que no me lo había dicho mientras estaba fuera porque sabía que estaría bien y que no quería terminar los últimos 4 meses de mi viaje.
Su última revisión medical había sido en julio. La siguiente estaba programada para el 9 de agosto. Ese día se quedó en el hospital todo el día. El día siguiente, el 10 de agosto, nos dijeron que solo tenía 14 días de vida. Su hígado no lograría funcionar después de eso.
En el hospital ella me dijo «No te preocupes, siempre estaré contigo cuidándote desde el cielo».
Estaba con ella todos los días, a cada momento. Estaba cuidándola y apoyándola. Un día me dijo: «Cuando me muera, quiero ser un árbol para vivir para siempre. Para que pueda estar contigo y puedas hablarme y abrazarme cuando lo necesitéis». Quizás aquel momento era el comienzo de la idea del jardín conmemorativo.
Murió el 24 de agosto en su cama cerca de mí, de mi papá, de mi hermano y de su mejor amiga. Todos estábamos con ella cuando tomó su último respiro.
Unos días después empecé a buscar algo para hacer realidad su sueño de convertirse en un árbol. Fue entonces cuando encontré Urna Bios®.
El jardín conmemorativo de mi madre
Miré las páginas de su sitio web, sus videos de YouTube y me enamoré. Esto era exactamente lo que ella hubiera querido. Por casualidades de la vida, su amiga me dijo que mi madre ya había encontrado Urna Bios® y había hablado de ellos. Así que me enteré si enviaban a la República Checa (afortunadamente sí ya que envían a todo el mundo), lo pedí online y me llegó a casa.
Una cosa importante era elegir el tipo de árbol porque no teníamos idea de lo que le habría gustado más. A ella siempre le había gustado los jasmineros, pero les cuestan crecer en nuestro clima. Así que elegimos el árbol de la vida, que luego nos dimos cuenta de que también es difícil crecer en nuestra region. Así que finalmente, encontramos el árbol perfecto: un árbol de magnolia. Blanco como el alma de mi mamá. Ella amaba a los ángeles y era una gran creyente en ellos, por lo que este árbol nos parecía perfecto.
Entonces tuve la idea de hacer un jardín conmemorativo. Mi madre amaba los bosques, la naturaleza, las flores. Mi abuela tiene una casa al lado del bosque donde mi madre solía pasar mucho tiempo. Así que hicimos un pequeño jardín conmemorativo solo para ella con la ayuda de toda la familia para que las personas pudieran venir a hablar con ella y abrazarla cuando sintieran la necesidad de hacerlo. Mi abuela también es jardinera, por lo que escogió especialmente flores de primavera, verano y otoño que florecerían cada estación. Mi abuelo hizo un banco para que la gente pudiera sentarse en el jardín. Y esta primavera que viene, plantaremos allí el árbol de mi madre.
En octubre, celebramos la ceremonia de su vida. Ella dijo que no quería un funeral tradicional ni ropa negra. Dijo que quería que la gente se riera, que vistiera con ropa colorida sin sentirse triste porque ella ya no estaba. Así que es lo que hicimos: todos vinieron con ropa colorida, haciendo todo lo posible por reírnos. Esto es cuando les mostramos su futuro lugar de descanso. Les encantó y mucha gente dijo que era el mejor funeral en el que habían estado.
Muchas gracias Urna Bios® porque sin vosotros no hubiéramos podido hacerlo. Mi madre ahora será un árbol y estará allí para siempre gracias a vosotros. Hemos podido hacer que su sueño se haga realidad. Mi abuela (su madre) también está muy agradecida. Gracias
Con cariño, Baru Rose y su familia
Cada plantación de una Urna Bios® es única
Cada plantación, cada ubicación, es específica para cada persona y cada familia, y no hay dos Urnas Bios® en el mundo que sean iguales. Esa es lo que hace únicos estos testimonios, hay un sentido de autonomía y de elección. Vivir una pérdida siempre es difícil y tiende a llevar la vida en una dirección desconocida y, a menudo, confusa.
Una cosa que creemos firmemente en Urna Bios®, es que la gente ve la belleza de la vida expresada en la naturaleza y en los árboles. La forma en que nos conectamos con estos ciclos y estas etapas es algo muy personal, pero lo importante es que todos nos podamos conectar de una forma u otra. Nuestra única esperanza es brindar consuelo y una alternativa positiva a aquellos que han sufrido pérdidas, y brindarles una voz a quienes deseen compartir sus historias tan únicas.
¿La historia de Barbora te ha tocado? ¿O quizás has hecho un jardín conmemorativo parecido para un querido? Háganos saber en la sección de comentarios. Nos encantaría saber de ti.
Para mantenerte al día con las últimas noticias e historias de Urna Bios®, ¡puedes seguirnos en Facebook, Instagram, Twitter, Pinterest y YouTube!
Join our mailing list to keep you updated of all Bios® news and get a 10% Discount!
Deja una respuesta